Érase una vez un gato llamado Espaik. Su dueño era un gran mago. Su objeto más valioso y mágico era un precioso anillo con una gran esmeralda verde. El mago ya estaba cansado de hacer magia y decidió tomarse unas vacaciones. Antes de irse el mago le dijo a Espaik. "¿Me puedes hacer un favor?" "¿Me puedes guardar el anillo mágico?"
-Miauuu-Dijo Espaik sonriendo.
-No parece que eso es un sí, no?
-Miaauu-Volvió a repetir Espaik
Entonces el mago se fue, le estaba esperando un taxi mágico y no quería perderlo.
Espaik estaba muy contento ya que era la primera cosa de la que se tenía que hacer cargo.
De pronto pasó por allí un ratoncito y le quitó el anillo a Espaik.
"¿Qué voy a hacer?"-Penso Espaik, "¿Qué dirá mi dueño?".
Entonces, el pequeño ratoncito pensó que era un gorro y se lo puso en su cabeza y...
!Oh no! El anillo se quedó encajado en su cabeza. Espaik no sabía que hacer no podía creerlo.
Espaik se puso furioso y fue tras él.
El ratoncito corría y corría para que no lo cogiese.De repente, el ratoncito tropezó y el anillo salió disparado. Espaik no se comió al ratón pero si cogió el anillo y se lo dió al mago. Como recompensa, el mago le regaló una gran merluza.
Y como el anillo
se quitó este
cuento se acabó
Alba, 3º A