jueves, 22 de abril de 2010

UN DÍA DE PLAYA; por Elia Misa Sanromán 4º B


Un día de verano, muy soleado y caluroso, fuimos a la playa. Nos encontramos con unos amigos y decidimos bañarnos. Cogimos las colchonetas y nos metimos en el agua. Estábamos jugando y sin darnos cuenta nos alejamos mucho de la orilla. Pasaba el tiempo y se iba haciendo de noche. Intentamos nadar pero estábamos muy alejados y el agua estaba muy fría, además empezábamos a estar preocupados por lo que nos podía pasar, entonces decidimos quedarnos en las rocas hasta que vinieran a recogernos, de pronto vimos que se acercaban unos peces de muchos colores amarillo, verde, rojo, azul... y escuchamos unas voces ¿De dónde venían?, ¡Venían de los peces! ¡Podían hablar! Entonces les preguntamos cómo podíamos volver:


-Perdonen señores peces, ¿Podrían ayudarnos a volver a la orilla?


-Para empezar, vosotros ¿Cómo os llamáis?

-Yo me llamo Elia, esta es Elena, Bea y también esta Laura.

-Pues vosotros somos todos de la misma familia, yo soy Nemo, este es Dory, es azul es Relámpago, el rojo se llama Colorado y el mas pequeño es Pequeñin.

-Y ahora os diremos como podéis volver a la orilla, nosotros no podemos llevaros pero conocemos a alguien que si puede, es Dolpyn un delfín.

Era ya muy tarde pero como estábamos con nuestros amigos los peces, no teníamos ningún miedo.

Dolpyn nos dijo que para llegar a la orilla teníamos que atravesar el territorio de los tiburones hambrientos, y entonces nos pusimos en marcha. Cuándo ya estábamos por la mitad del territorio, los tiburones le mordieron a Dolpyn en una aleta, y le pusimos una venda, que hicimos con algas. Terminamos el recorrido de los tiburones con Dolpyn y los peces, después nos llevo a la orilla una a una pero cuando llevaba a Laura, un barco de pesca atrapó a Nemo y a su familia con una red, y Dolpyn decidió ayudarlos, tiró de la red pero no funcionó, así que Elena y yo también ayudamos, cogímos la colchoneta, la enganchamos a la red y sacamos a los peces. Nos despedimos de Dolpyn y de los peces y nos fuimos, porque nuestros padres estarian muy preocupados por nosotros.

Al día siguiente nos dimos cuenta de que habíamos aprendido una lección, que hay que tener mucho cuidado en el mar.