Érase una vez dos familias pobres. Una era tacaña y vanidosa y la otra bondadosa y siempre compartía. Las dos familias habían criado a un sólo hijo cada una.
El de la familia buena, llamado Said, era muy listo y quería mucho a su familia. Además, agradecía lo poco que tenía pues lo prefería a nada. Mientras que el otro, que respondía al nombre de Lucifer, detestaba a sus padres porque no le podían dar todo lo que se le antojaba. Él creía que todo se solucionaba con unos gritos y unos golpes. Siempre se quejaba de su suerte.
Un día que los dos paseaban por el bosque, empezó a llover y decidieron resguardarse en una cueva. Lucifer le preguntó a Said:
-¿Tú dónde crees que estamos?
Said caviló un poco y al final respondió.
- Según una antigua leyenda, en la cueva del cálido viento del Este.
Lucifer contestó:
-¡Paparruchas! Sabía que dirías alguna cosa de esas. Eres un listillo.
Poco después una cálida brisa invadió el lugar y una potente voz exclamó:
-¡¡¿¿Qué hacéis en mi casa??!!
Los dos se asustaron mucho, pero a pesar de eso, Said respondió:
-Verá, es que no...no...nosotros queríamos resguardarnos de la llu...llu...lluvia.
La Voz pareció calmarse.
- Ah, bueno. Entonces, disculpad si os he asustado.
Charlaron largo rato y descubrieron que aquella voz pertenecía al Viento del Este. Pronto supieron el nuevo destino del viento: El paraíso Terrenal. Mágicamente se lo mostró. Verdes y frondosos bosques. Prados floridos. Lagos cristalinos. Bellos ríos. Impresionantes cascadas. Todo acariciado por un verde y dulce mar. ¡¡¡GALICIA!!! Igual, igual que nuestra tierra.
Los dos se quedaron boquiabiertos. ¡Verdaderamente existía aquel maravilloso lugar! Suplicaron que les llevara allí. Al final, el Viento del Este contestó:
- Si prometéis que no volveréis a incordiarme otra vez...¡¡Vale!!
Y así, acordaron salir a la mañana siguiente.
De modo que partieron. Los dos jóvenes héroes se aventuraron a ir a aquel fantástico lugar sobre el lomo de su nuevo amigo.
Al llegar se encontraron con una hermosa ninfa salida de las aguas que les dijo:
-Quién supere esta prueba, podrá quedarse aquí con su familia para siempre. La prueba consiste en reconocer el auténtico Corazón de la Verdad.
Entonces aparecieron tres corazones: uno de oro, otro de rubí y un tercero de cristal. Lucifer escogió el de oro, el más valioso. Pero Said escogió el de cristal, el único capaz de reflejar el Sol. Said ganó. Él y sus padres vivieron felices.
¡¡¡Y el resto, queridos amigos, imaginadlo vosotros!!!
Marta López Vence (5º de Primaria B)