jueves, 11 de agosto de 2011

INSOMNIO, Carla Soto, 3º Premio 2º ciclo ESO



Sólo quedan doce horas. Estoy nervioso, no, no, nervioso no, mucho más que eso; creo que no podré soportar esta tensión mucho más tiempo. Mañana será un día decisivo en mi vida.
No me puedo permitir un solo fallo, tendré que estar a la altura, cada paso, cada movimiento, pueden ser cruciales en mi vida.
Tengo que tranquilizarme, aún falta para la gran hora, debería descansar, cuando llegue el momento, tendré que estar con mis facultades al cien por cien.
No hay forma, han pasado tres horas y no puedo dejar de pensar en ello; lo que haga en esos cuarenta minutos no sólo será importante para mí, sino también para mi familia. Me estarán apoyando y animando desde las gradas viendo como yo, nervioso, intentando no pensar en otra cosa que no sea el partido, doy lo mejor de mí.
De todas formas, debería relajarme.
Sólo falta media hora. Pedo sentir la tensión en el aire, oigo los cánticos de las dos aficiones, me imagino el estado de los jugadores; posiblemente, el momento más importante del año para todos nosotros.
¡Todos nos jugamos tanto! Y, sin embargo, yo soy el único imprescindible, sin mí, nada de esto podría ocurrir, sin mí, el partido no podría ser jugado.
Yo soy la estrella, soy el balón.