BUSCANDO LAS OLAS
Una niña llamada Cíes vivía en un pueblo pequeño alejado del mar. A ella le gustaba jugar con su perro Flopi, y tumbarse en la hierba cuando hacia viento.
Un día, al entrar en casa, la tele estaba encendida. vio un programa donde había unas olas gigantescas. Cíes nunca había visto el mar, ni había oído hablar de él. Tras un par de días decidió ir a ver el mar.
Pasó las montañas y después se internó en un bosque. Era de noche y ya no sabía por dónde ir al mar. Entonces se quedó a dormir allí. Después se encontró a animales que no conocía, salvajes y peligrosos. Se asustó y se escapó, no sabía por dónde ir. Se quedó otro día más a dormir en el bosque. Tenía mucho, mucho miedo. Al día siguiente siguió caminando y salió de bosque. Llegó al mar tras una larga caminata. Se fue al agua contenta de haber llegado y se tumbó boca arriba hasta que se dio cuenta de que la marea se la había llevado a una isla.
La isla era pequeña y muy larga. La investigó y vio que eran tres islas unidas, una al Norte, otra en el medio y otra en el Sur.
Ella estaba en la isla del medio. Hizo un pequeño cobertizo donde se protegería de la tormenta. Las olas movidas por el viento pegaban con fuerza en la arena. Al acabar el mal tiempo se dedicó a recorrer la isla. Encontró muchos mamíferos que no conocía (delfines, ballenas y tortugas marinas) y una gran cantidad de flores y árboles (higueras y rebollo)
Con la madera de los árboles que encontró, se hizo una pequeña barca y partió rumbo a la isla Norte. Allí descubrió la playa la playa más bonita que había visto nunca.
Regresó a casa y sus padres la abrazaron. estaban preocupados. Ya casi era de noche así que se fue para cama. Por la mañana desayunó y se vistió muy elegante porque quería ir a ver al señor alcalde.
- Señor alcalde, tengo que darle una noticia muy importante. He encontrado una isla nueva- le dijo tan seria Cíes.
-Pequeña, ¿nos puedes enseñar dónde está esa isla?
Cíes les señaló en el mapa el camino por donde tenían que ir. Todos partieron en busca del mar. El alcalde, al regresar, lo publicó en el periódico.
Después de un tiempo decidieron bautizarlas con el nombre de Islas Cíes. Iba mucha gente y se quedaba maravillada con tanta belleza y se convirtieron en un Parque Natural que protegía toda su fauna y flora.
Cíes iba todos los días a aquella isla que, para ella, era su casa.